
La comunidad astronómica sudafricana ha encendido las alarmas, y esta vez no se trata de un fenómeno cósmico, sino de un conflicto terrestre-espacial. El centro del debate es Starlink, la constelación de satélites de Elon Musk, y su posible impacto en SKA-Mid, uno de los radiotelescopios más avanzados del mundo.
La preocupación principal radica en que las señales de estos satélites podrían entorpecer las observaciones de universo profundo que realiza este coloso de la astronomía, ubicado en Sudáfrica.
¿Qué desencadenó el conflicto?
El tema surgió durante las negociaciones para implementar el servicio de internet de Starlink en el país. Más allá de los debates legales y financieros, los científicos han alzado la voz: “¡Alto! Esto también podría dañar nuestras investigaciones”.
El inconveniente técnico es claro: los satélites de órbita baja (LEO) de Starlink emiten señales que podrían enmascarar las frecuencias astronómicas que SKA-Mid busca captar.
“Es como apuntar con una linterna directamente a los ojos de alguien que intenta ver una estrella tenue”, explicó Federico Di Vruno, especialista del Observatorio SKA.
¿Qué exigen los astrónomos?
El equipo detrás de SKA busca que cualquier acuerdo con Starlink incluya medidas de mitigación, como:
- Desviar las transmisiones satelitales en zonas críticas.
- Pausar brevemente las señales durante observaciones clave.
Pero el problema no es exclusivo de Sudáfrica. El Observatorio SKA también está impulsando regulaciones similares para otras megaconstelaciones, como las de Amazon (Project Kuiper) y OneWeb, ante el creciente número de satélites en órbita.
¿Por qué es crucial resolver esto?
Proyectos como MeerKAT (precursor de SKA-Mid) han logrado hallazgos asombrosos en poco tiempo: galaxias masivas, objetos desconocidos y más. Sin embargo, si el cielo se satura de interferencias, estos descubrimientos podrían quedar ocultos.
“Buscamos soluciones técnicas y regulatorias para proteger nuestra ventana al cosmos”, concluyó Di Vruno.